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Ruidos en la suspensión: fácil de reparar, difícil de diagnosticar

Con el paso de los años, los kilómetros y el tipo de uso que demos a nuestro coche, empiezan a aparecer ruidos mecánicos procedentes de la suspensión que no sabemos identificar. Para colmo, también puede ocurrir que, dependiendo del día, al ruido le apetezca aparecer o no, “escondiéndose” en muchas ocasiones cuando lo vamos a llevar al mecánico. Vamos a repasar los típicos ruidos procedentes del sistema de suspensión para intentar poder identificarlos en muchas ocasiones sin necesidad de visitar al mecánico.

En cualquier caso, debemos recordar la importancia de la suspensión en nuestro vehículo. Se trata del conjunto de componentes que evitan que la rueda pierda contacto con el asfalto, por lo que si notamos un comportamiento extraño o ruidos en la suspensión, no debemos dejarlo pasar a la ligera. Un defecto o avería en la suspensión conlleva a un menor confort y, lo que es más importante, a una menor adherencia del coche sobre el piso, pudiendo terminar en un grave accidente. Por tanto, presta atención.

El número de motivos por los que un sistema de suspensión empieza a perder eficacia y a hacer ruidos es elevado, y depende mucho del tipo de uso que se le dé al vehículo. En vías rápidas el asfalto suele estar en buenas condiciones y la suspensión trabaja de forma suave, siendo este tipo de circunstancias las que menos daño producen. Por el contrario, los caminos de tierra o mal asfaltados y las vías urbanas producen un envejecimiento prematuro debido a los golpes secos que reciben las ruedas y se transmite a la suspensión por las irregularidades, piedras, resaltos y badenes, superficies adoquinadas o golpes de la rueda contra el bordillo, entre otros.

Elementos de la suspensión

Los tres componentes más importantes de la suspensión son los resortes (muelles, barras de torsión o ballestas), los amortiguadores y las barras estabilizadoras. Sin embargo, en el trabajo de la suspensión entran muchas otras piezas que no siempre se tienen en cuenta como: silentblocks de la suspensión, rótulas o tirantes de suspensión. Estas últimas piezas se encargan de unir el chasis y los elementos principales de la suspensión permitiendo el movimiento de la carrocería, además de eliminar vibraciones y ruidos. Por tanto, si se encuentran en mal estado, los ruidos en la suspensión extraños que apreciamos al pasar un bache pueden proceder de estos elementos “secundarios”.

Explicar a alguien cómo es un ruido y que éste sepa identificarlo directamente por lo que le contamos no es nada sencillo. Un ruido puede venir de la suspensión, pero también por un silentblock del tubo de escape roto o por unas pastillas de freno totalmente desgastadas que hacen rozar al material metálico contra el disco de freno. Por ello, es imprescindible recabar toda la información posible. ¿Ocurre sólo en badenes? ¿Suena cuando el piso está en buenas condiciones y aceleramos? ¿Aparece cuando encontramos un bache en una curva? Toda información será bienvenida.

En este artículo recabamos los posibles ruidos que están relacionados con el sistema de suspensión, pero debemos tener en cuenta que pueden aparecer ruidos cuando la suspensión trabaje y que no estén relacionados directamente con ella. También aparecerán otros que, puede parecer que no tengan absolutamente nada que ver con estas piezas y en realidad sí afecten a algún elemento de la suspensión.

Los ruidos en la suspensión más típicos

En general, para la suspensión podemos encontrar varios tipos de ruido, pero nos hemos centrado en los tres tipos de ruidos más habituales, pudiendo el mismo tipo de ruido proceder de diferentes sitios. Uno es el ruido “a cama vieja”; otro es un ruido metálico muy breve y en el tercero parece que un eje está cerca de su rotura.

¿De dónde viene ese ruido a cama vieja en la suspensión?

Este particular ruido, que se conoce comúnmente como “ruido a cama vieja” porque recuerda el sonido de una cama antigua al sentarse o moverse, suele ser debido a un desgaste en los silentblocks de las barras estabilizadoras. Nuestros coches cuentan con barras estabilizadoras tanto en la parte delantera como en la trasera por lo que, si afinamos el oído, podremos detectar si la procedencia es de las gomas de la parte delantera o bien de la parte trasera.

Para más información, debemos comentar que este ruido, que por cierto es un tanto desagradable porque parece que nuestro coche se va a desmontar, es fácil de escuchar y de detectar al pasar por un resalto a baja velocidad aunque, en los casos más extremos, podremos escucharlo levemente incluso al subirnos al coche o al hacer “bachear” en parado empujándolo hacia abajo desde una de las aletas.

Si aparece un ruido metálico en la suspensión

Muy distinto al “ruido a cama vieja” es un sonido breve que también aparece cuando pasamos por un resalto. Es algo similar a un golpe seco pero no demasiado potente, algo así como un “clack”. Normalmente se puede escuchar tanto en la compresión como en la expansión de la suspensión por  lo que, al pasar por un “guardia tumbado” podemos escucharlo incluso cuatro veces, dos al comienzo del badén y otras dos cuando salimos de él.

¿Qué elementos revisar? Este ruido es muy típico de anclajes con cierta holgura, es decir, de los puntos de unión entre varios elementos. Pueden proceder de las rótulas de suspensión, de las tirantes de suspensión o incluso de los anclajes de la barra estabilizadora. También, y aunque aparezca al pasar un bache o resalto, puede venir de la rótula de dirección.

En este sentido, es muy difícil saber de qué punto exacto procede ese ruido cuando pasamos por una irregularidad; pero viendo el coche por debajo en un elevador y realizando unos movimientos en los diversos elementos, es fácil notar la holgura y comprobar cuál es elemento de la suspensión dañado y que debemos sustituir.

  • Precio rótulas de suspensión: Entre 15 y 20 euros cada una, más hacer el paralelo.
  • El precio tirantes de suspensión: Entre 15 y 25 euros cada una.
  • Precio rótula de dirección: Entre 15 y 30 euros por cada lado, más el paralelo.

¿Cómo es el ruido de las copelas del amortiguador?

Siempre intuimos que un ruido que aparece cuando pasamos por una irregularidad significa una avería en la suspensión; y lo mismo nos ocurre a la inversa, si aparece un ruido cuando la carrocería no oscila descartamos totalmente la suspensión. Al igual que un ruido metálico cuando pasamos por un resalto puede deberse a la rótula de la dirección, también puede aparecer otro ruido cuando la carrocería no se desplaza verticalmente que sí puede tener relación con la suspensión.

El principal ejemplo es el caso de las copelas del amortiguador y los rodamientos de su interior. El ruido que emite esta pieza situada en la parte superior del amortiguador suele confundirse con un problema de la junta homocinética (que suele aparecer con un problema en el fuelle del palier), los rodamientos o los casquillos de la transmisión. Sobre todo porque es un sonido que habitualmente aparece según giramos a baja y media velocidad (al igual que esas otras averías). Suele dar bastante miedo, ya que el sonido es más fuerte y da la sensación de que si seguimos utilizando el coche se va a partir algo. Además, suele ser repetitivo (como un clonk-clonk-clonk-clonk).

Estos son los tres tipos de ruidos más habituales que podrán aparecer en nuestro coche, y son debidos a una avería o desgaste en alguno de los diferentes elementos que componen todo el sistema de suspensión. Sin embargo, no todas las averías o desgastes en este importante sistema de nuestro vehículo se pueden identificar con el oído, ya que no todos los posibles defectos nos “avisan” acústicamente, pero sí podremos darnos cuenta de ello con las sensaciones que nos transmite nuestro coche. En este sentido nos queremos referir a los dos elementos más conocidos de la suspensión, los resortes y los amortiguadores.

¿Para qué sirve el resorte y cómo saber si tiene desgaste?

Los vehículos de hoy en día suelen utilizar alguno de estos tres tipos de resorte: muelles helicoidales, barras de torsión y ballestas. Los muelles helicoidales se encuentran prácticamente en el eje delantero de todos los coches actuales y en buena parte de ellos también en el tren trasero; mientras que las barras de torsión se han utilizado mucho en el eje trasero aunque poco a poco van desapareciendo, y las ballestas en la actualidad prácticamente solo se utilizan en vehículos tipo pick-up.

Aunque tengamos estos tres tipos, las funciones son las mismas: permitir los movimientos verticales de la rueda en relación a la carrocería y también mantener la altura idónea de la carrocería respecto al suelo una vez se haya absorbido cualquier irregularidad. Gracias al muelle, al pasar por un bache o resalto, la carrocería no recibe un golpe brusco y ninguna rueda pierde el contacto con el suelo.

Si un resorte, bien sea muelle, barra de torsión o ballesta, pierde sus propiedades es probable que no sea capaz de devolver a la carrocería la distancia al suelo que debería, por lo que las geometrías de dirección y suspensión se verán afectadas. Esto significa que el comportamiento del coche será distinto y que los neumáticos se desgastarán de forma irregular. Por tanto, una forma de detectar su desgaste es revisando la altura de la carrocería, siendo también una posible causa cuando encontramos desgastes irregulares en los neumáticos.

¿Para qué sirve un amortiguador y qué averías tiene?

La función de este elemento de la suspensión es reducir las oscilaciones de la carrocería que permite el resorte al pasar por una irregularidad. Si solo contáramos con el resorte, al pasar por un resalto o cualquier otra irregularidad, la carrocería se hundiría (compresión) y rebotaría hacia arriba con bastante fuerza (expansión), repitiendo varias veces este movimiento y tardando varios segundos en estabilizarse totalmente.

Los amortiguadores del coche frenan esa primera fuerza de compresión y las siguientes oscilaciones deteniendo los movimientos verticales en menos tiempo, lo que mejora notablemente el confort y la estabilidad al eliminar las inercias de la carrocería en pocos instantes.

Amortiguadores desgastados

Los amortiguadores suelen perder eficacia con el paso del tiempo siendo menor su capacidad “de frenado” de los movimientos verticales. ¿Qué notamos cuando un amortiguador pierde eficacia?

Lo cierto es que los amortiguadores, a no ser que revienten los retenes y veamos una pérdida de aceite, solo nos avisarán por el comportamiento del vehículo. Notaremos unas mayores inercias en la carrocería en las frenadas y aceleraciones, y en las curvas.

Amortiguador roto

Esto puede ocurrir en caso de accidente o por haber pasado por un bache extremo. De lo contrario el desgaste será progresivo. El problema es que, si no estamos muy atentos habitualmente al comportamiento del coche, es probable que nos demos cuenta cuando ya están completamente desgastados (que es casi lo mismo que rotos).

Un amortiguador no es una pieza que se vea a simple vista y su desfallecimiento es progresivo, por tanto, al no perder eficacia bruscamente de un momento a otro, ni de un día a otro, nos acostumbramos a ese funcionamiento defectuoso hasta que su comportamiento es tan malo que notamos fuertes rebotes al pasar por guardias tumbados o desagradables inclinaciones de la carrocería en las curvas o en los cambios de velocidad.

  • Precio amortiguadores delanteros: Entre 200 y 350 euros.
  • Precio amortiguadores traseros: Entre 80 y 200 euros.

¿Qué hacer si noto una avería en la suspensión?

Ya sabemos que la suspensión es un elemento vital para nuestro coche y para nuestra seguridad. En caso de notar un comportamiento extraño en cualquier elemento de este sistema, especialmente si es repentino, lo mejor que puedes hacer es detener el vehículo cuanto antes en una zona segura y llamar a la asistencia. Te aseguramos que no merece la pena arriesgarse a tener un accidente. Que nuestro coche vuelva en grúa no nos hace gracia a nadie, pero menos aún que lo haga en grúa y accidentado.

Si estás casi en fecha de pasar la ITV, simplemente acudir a la revisión. En caso de ser algo peligroso (rótulas, rodamientos, articulaciones de dirección, bujes, etc.) deberían de detectarlo e indicarte claramente cuál es el componente desgastado que debes cambiar.

Si queda mucho para la revisión, puedes ir al taller a que te lo miren, si no tienes conocimientos ni medios para revisar rótulas por ti mismo.

En definitiva, debemos prestarles la atención que se merecen a todos los elementos de la suspensión. Aparte de mejorar el confort mejoran notablemente nuestra seguridad; y es que según algunos estudios, un sistema de suspensión en mal estado puede aumentar hasta un 35 % la distancia de frenado, mientras que es un 15 % más fácil sufrir un aquaplaning; por no hablar de la menor agilidad a la hora de describir y enlazar curvas.